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¡CELEBRANDO A LAS MADRES EN SU DÍA, CELEBRAMOS A LAS CATEQUISTAS QUE SON MADRES!

MUY QUERIDOS CATEQUISTAS,

Entre el gran grupo de catequistas de la Diócesis de Santiago, hay un porcentaje grande de catequistas que son madres de familia. Por esto es bueno recordar el papel fundamental que tenéis en la familia, en la Iglesia. Es un gran regalo vuestra presencia en las diferentes parroquias donde prestáis servicio como catequistas.

El primer modelo lo tenéis en la Madre de Jesús, la Virgen María, esta sencilla mujer que como dijo San Agustín; antes de engendrar físicamente a Jesús, lo engendró en su corazón.

La sociedad reconoce y celebra el papel de las madres en la familia, y dedica un día al año para que su maternidad sea valorada. Aquí en España se festeja el primer domingo del mes de mayo, un día muy esperado por los españoles.

«Originariamente, el Día de la Madre en España era el 8 de diciembre coincidiendo con la onomástica de Inmaculada Concepción. Fue en el año 1965 cuando se cambia el Día de la Madre al primer domingo de mayo. ¿A qué se debe este cambio de fechas? Pues a que el quinto mes del año, mayo, es el conocido como el mes de la Virgen María, la máxima representante de la maternidad para los cristianos.

Hoy en día, podemos decir que sigue siendo una celebración tan especial como el primer día y con tanto o más significado que ninguna familia se quiere perder. ¿Sabéis cuál es la frase que más se repite ese día en todo el país? ¡Para la mejor madre del mundo!

El Papa Francisco dedicó una Catequesis muy bonita sobre el papel de la Madre;

AUDIENCIA GENERAL Aula Pablo VI
Miércoles 7 de enero de 2015

«Una sociedad sin madres sería una sociedad inhumana, porque las madres saben testimoniar siempre, incluso en los peores momentos, la ternura, la entrega, la fuerza moral. Las madres transmiten a menudo también el sentido más profundo de la práctica religiosa: en las primeras oraciones, en los primeros gestos de devoción que aprende un niño, está inscrito el valor de la fe en la vida de un ser humano. Es un mensaje que las madres creyentes saben transmitir sin muchas explicaciones: estas llegarán después, pero la semilla de la fe está en esos primeros, valiosísimos momentos. Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo. Y la Iglesia es madre, con todo esto, es nuestra madre. Nosotros no somos huérfanos, tenemos una madre. La Virgen, la madre Iglesia y nuestra madre. No somos huérfanos, somos hijos de la Iglesia, somos hijos de la Virgen y somos hijos de nuestras madres.

Queridísimas mamás, gracias, gracias por lo que sois en la familia y por lo que dais a la Iglesia y al mundo. Y a ti, amada Iglesia, gracias, gracias por ser madre. Y a ti, María, madre de Dios, gracias por hacernos ver a Jesús.»

Pues bien, la Delegación para la catequesis y el Catecumenado de la Diócesis de Santiago, de Compostela, se alegra por tantas madres que además de vivir la maternidad física, también practican la maternidad espiritual, engendrando hijos en la fe a través de la catequesis.

Os invitamos a leerla siempre con ojos de «madres catequistas». Click aquí.

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