PRIMERO DE MAYO, DÍA DEL TRABAJADOR, DÍA DE SAN JOSÉ OBRERO Y DÍA DE LOS CATEQUISTAS TRABAJADORES
QUERIDOS CATEQUISTAS,
El trabajo y la dignidad humana van de la mano y en este día honramos a tantos trabajadores que buscan mejorar su calidad de vida con el trabajo honesto y muchos de esos trabajadores son catequistas, por eso es importante recordar lo que la Iglesia enseña al respecto.
La Doctrina Social de la Iglesia insiste más en las primeras palabras que Dios dirige a la pareja humana: la procreación y el trabajo que son dos formas privilegiadas que tiene el ser humano de continuar lo que Dios empezó: transmitir la vida y mejorar el universo. Todo ello porque Dios ha creado al ser humano “a su imagen”. Así lo enseña en la encíclica Populorum Progressio de San Pablo VI.
«De la misma manera, aunque a veces puede llegarse a una mística exagerada del trabajo, no es menos cierto, sin embargo, que el trabajo ha sido querido y bendecido por Dios. Creado a imagen suya, «el hombre debe cooperar con el Creador en la perfección de la creación y marcar, a su vez, la tierra con el carácter espiritual que él mismo ha recibido». Dios, que ha dotado al hombre de inteligencia, le ha dado también el modo de acabar de alguna manera su obra; ya sea el artista o artesano, patrono, obrero o campesino, todo trabajador es un creador. Aplicándose a una materia que se le resiste, el trabajador le imprime un sello, mientras que él adquiere tenacidad, ingenio y espíritu de invención. Más aún, viviendo en común, participando de una misma esperanza, de un sufrimiento, de una ambición y de una alegría, el trabajo une las voluntades, aproxima los espíritus y funde los corazones; al realizarlo, los hombres descubren que son hermanos.» PP 27. Podéis leer la encíclica completa aquí.
A este respecto es muy interesante este artículo de Rafael Sanz de Diego s.j., que os puede ayudar a reflexionar sobre la espiritualidad del trabajo
Con su trabajo, el hombre se une al Misterio Pascual, a la muerte y resurrección de Jesús. Argumenta así (LE 27):
- La muerte de Jesús fue consecuencia de la injusticia del mundo, que cayó sobre Él. Al trabajar, con frecuencia, sufrimos injusticias.
- La resurrección de Jesús es el paso a una vida nueva. Con nuestro trabajo, colaboramos a crear un mundo nuevo.
¿QUÉ RELACIÓN TIENE EL TRABAJO CON LA MISIÓN DE CATEQUISTAS?
El catequista es ante todo un seglar con un compromiso evangélico en la transformación de su realidad, es fermento en una sociedad cada vez más secularizada.
El Catequista es consciente de su compromiso bautismal, por lo tanto como discípulo de Jesús es llamado a dar testimonio de su entrega y a proclamar que Jesús es el centro de su vida.
El Catequista es consciente que debe enseñar a los chicos de la catequesis el valor del trabajo, la espiritualidad del trabajo para que puedan reconocer lo que hacen sus padres por ellos y así descubrir lo que Dios hace por todos.
Como seglar en el mundo y como catequista tiene una gran responsabilidad, ya que su servicio en la Catequesis nace de una llamada, es una vocación a colaborar en la transmisión de la fe, sin olvidar su compromiso con las realidades terrenas. Veamos que dice al respecto también San Pablo VI en la Populorum Progressio:
«Los seglares católicos, deben asumir como tarea propia la renovación del orden temporal. Si el papel de la Jerarquía es el de enseñar e interpretar auténticamente los principios morales que hay que seguir en este terreno, a los seglares les corresponde, con su libre iniciativa y sin esperar pasivamente consignas y directrices, penetrar de espíritu cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que viven[54]. Los cambios son necesarios; las reformas profundas, indispensables: deben emplearse resueltamente en infundirles el espíritu evangélico. PP 81
De parte de la Delegación para la Catequesis y el Catecumenado, os felicitamos queridos catequistas por el testimonio que dan en esta sociedad y por vivir su compromiso en la enseñanza de la Palabra de Dios, una labor misionera que implica la vida entera.
¡GRACIAS POR VUESTRO SERVICIO!
ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.