Mirada histórica: XXV Aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica
Un poco de historia
El 11 de octubre de 1992, en el XXX aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el papa Juan Pablo II firma la Constitución Apostólica Fidei Depositum, por la que se promulga el Catecismo de la Iglesia Católica.
Desde entonces, ha sido traducido a treinta lenguas de todo el mundo.
Juan Pablo II se refirió a este acontecimiento como uno de los mayores de la historia reciente de la Iglesia, mientras lo presentaba a la Iglesia y al mundo el 7 de diciembre de hace veinticinco años. No era para menos, puesto que sólo existía un precedente: el Catecismo romano, elaborado a partir del Concilio de Trento y publicado por Pío V en 1566.
El principal objetivo de su publicación fue superar la ignorancia del pueblo de Dios en cuanto a las cuestiones de la fe y la doctrina.
Puede llamarnos la atención que no se haya producido su publicación al mismo tiempo que los documentos del Concilio Vaticano II, pero fue necesaria una etapa de discernimiento eclesial, hasta el Sínodo de 1985.
En ese momento, con el Directorio General de Pastoral catequética de 1971, los diferentes catecismos de las conferencias episcopales, algunas síntesis de fe y cursos básicos extendiéndose por el orbe cristiano, se consideró oportuno hacer una recolección, reelaboración y puesta por escrito.
El hecho de que el Sínodo reconociese las dificultades para la transmisión de la fe no hizo sino impulsar la idea de realizar un catecismo único.
Finalmente, el papa Juan Pablo II nombró a una comisión pontificia, que fue presidida por el cardenal Joseph Ratzinger y un comité de redacción.
Después de siete años, un tiempo relativamente corto si pensamos en la densidad del trabajo, el texto consigue la aprobación en junio de 1992.
A continuación, una entrevista al ahora cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná, Argentina; que fue miembro del comité de redacción: