Materiales del DOMUND accesibles para personas con discapacidad
El próximo domingo 20 de octubre, la Iglesia celebrará el Domund (Domingo Mundial de las Misiones) bajo el lema: Id e invitad a todos al banquete. Este año, la campaña destaca por su carácter inclusivo, gracias a una importante iniciativa liderada por la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en colaboración con la Comisión de Misiones.
El área de atención a personas con discapacidad de esta comisión ha trabajado en la adaptación de materiales de catequesis inclusiva, con el objetivo de que todas las personas puedan participar activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia. Estos materiales permiten que la celebración del Domund sea accesible para todos, poniendo en práctica el mensaje central del lema: la invitación universal al «banquete» de la fe y la solidaridad.
Este esfuerzo subraya el compromiso de la Iglesia con la inclusión y la diversidad, asegurando que el mensaje misionero llegue a cada rincón de la sociedad.
Lema del DOMUND 2024
- “ID E INVITAD A TODOS AL BANQUETE”. El lema de este Domund nos lo ofrece el papa Francisco, inspirándose en la parábola del banquete de bodas (Mt 22,1-14).
- “ID”. El mandato misionero resuena constantemente en nuestro corazón y en el corazón de toda la Iglesia. La misión es un “ir” incansable.
- “INVITAD”. Una invitación hecha con el estilo de Cristo –con ternura, caridad y cercanía–, que es quien nos envía y al cual anunciamos.
- “A TODOS”. Porque la salvación que Jesús ha venido a traernos es para “todos, todos, todos” y, en especial para los últimos, los lejanos, los excluidos.
- “AL BANQUETE”. Al banquete de la fraternidad, al de la eucaristía, al de la reunión final con el Señor en lagloria que Él ha ganado para nosotros.
Cartel
EL CAMINO Y QUIENES VIENEN POR ÉL. “Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda” (Mt 22,9).
¿Cuáles son los “cruces de los caminos” de hoy?
En ellos, muchas personas, muchos pueblos esperan que les transmitamos la invitación que les dirige el Rey del cielo.
EL GRAN BANQUETE. Esta convocatoria es la única que –a diferencia de los banquetes del mundo– puede
saciar los anhelos del ser humano. En primer plano, la eucaristía, que es a la vez nuestro alimento para la misión y la
Mesa a la que todos son y somos convocados, en torno a un Dios entregado por amor a su pueblo.
LA ACTITUD DE LOS INVITADOS. Sus rostros de alegría presuponen el testimonio de evangelizadores alegres.
El Papa Francisco nos recuerda que somos enviados a anunciar el Evangelio “no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14).