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Histórico, con el papa Francisco, se han instituido a los primeros ministros de la catequesis

El papa Francisco ha celebrado el pasado domingo 23 de enero, en la basílica de San Pedro, la III Jornada de la Palabra de Dios. Una celebración dedicada a la liturgia de la palabra y que, además, esta vez ha incluido una novedad: durante la Celebración Eucarística, por primera vez, con un nuevo rito preparado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Papa ha conferido a laicos y laicas de diferentes países del mundo el ministerio del Lectorado y el ministerio de Catequista.

El 10 de mayo de 2021, el papa Francisco promulgaba el ministerio de catequista a través del motu proprio Antiquum ministerium. El nuevo rito se publicó en diciembre y, a partir del 1 de enero de 2022, las Conferencias Episcopales pueden ponerlo en práctica a la hora de nombrar a los transmisores de la fe en las parroquias.

“En esta celebración, algunos de nuestros hermanos y hermanas son instituidos lectores y catequistas”, ha dicho Francisco, y ha explicado que ellos “están llamados a la tarea importante de servir el Evangelio de Jesús, de anunciarlo para que su consuelo, su alegría y su liberación lleguen a todos”. “Esta es también la misión de cada uno de nosotros”, ha apuntado: “ser anunciadores creíbles, profetas de la Palabra en el mundo”. En este sentido, el Papa ha animado a dejarse “escrutar interiormente por la Palabra, que revela la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin cansarse. ¡Volvamos a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia!”.

Los nuevos catequistas -cinco hombres y tres mujeres-, llegados de varias partes del mundo, se sentaron frente al altar papal y fueron llamados por su nombre para recibir el mandato.

Rito de institución

Antes de la homilía del Papa, un diácono leyó el nombre de los candidatos al ministerio del lectorado y al ministerio de catequista; después de mencionar el nombre, cada candidato respondió “Eccomi” (heme aquí).

En concreto, se trató de 16 fieles laicos presentes en el Vaticano, que fueron en representación de todo el Pueblo de Dios. Entre los candidatos al ministerio del lectorado se encontraron personas procedentes de Corea del Sur, Pakistán, Ghana y varias partes de Italia, mientras que los candidatos al ministerio de catequistas se encontraron dos laicos del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú) en la Amazonia, dos fieles de Brasil que ya están involucrados en la formación de catequistas, una mujer de Kumasi, Ghana, el actual Presidente del Centro de Oratorios Romanos (el Centro Oratori Romani), un laico de Łódź (Polonia) y una laica de Madrid.

Después de pronunciar su homilía, en la que invitó a colocar la Palabra de Dios “en el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia” a escucharla, a rezar con ella para ponerla en práctica, el Santo Padre presidió el rito de institución al ministerio laical del lectorado y de catequistas preparado por la Congregación para el Culto Divino.

Los nuevos ministros al lectorado recibieron una Biblia, mientras que los ministros catequistas recibieron un crucifijo plateado, reproducción de la cruz pastoral utilizada primero por San Pablo VI y luego por San Juan Pablo II. En primer lugar, el Papa destacó que siendo lectores “es decir, anunciadores de la Palabra de Dios, están llamados a colaborar a este compromiso primario en la Iglesia” porque se colocan al “servicio de la fe, la cual tiene su raíz y su fundamento en la Palabra de Dios”. “Proclamarán la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica; educarán en la fe a los niños y a los adultos y los conducirán a recibir dignamente los Sacramentos; llevarán el anuncio misionero del Evangelio de salvación a los hombres que todavía no lo conocen”, señaló el Papa. Finalmente, el Papa entregó a cada uno una Biblia diciendo “recibe el libro de las Sagradas Escrituras y transmite fielmente la Palabra de Dios para que germine y fructifique en el corazón de los hombres”.

De igual forma, los ocho candidatos al ministerio laical de catequista -cinco hombres y tres mujeres- se pusieron de pie delante del Papa colocado en el Altar de la Cátedra. En su exhortación, el Santo Padre alentó a los “llamados al ministerio estable de catequista a vivir más intensamente el espíritu apostólico, bajo el ejemplo de los hombres y mujeres que ayudaban a San Pablo y a los otros apóstoles en la difusión del Evangelio”. “Su ministerio esté siempre radicado en una profunda vida de oración, edificado en una sana doctrina y animado por un verdadero entusiasmo apostólico”, señaló el Papa. Luego, los candidatos se pusieron de rodillas delante del Papa mientras que también los bendijo para que “vivan plenamente su Bautismo colaborando con los pastores en las diversas formas de apostolado para la edificación de tu Reino”. Después, el Santo Padre entregó a cada uno un crucifijo plateado, con las palabras “recibe este signo de nuestra fe, cátedra de la verdad y de la caridad de Cristo: anuncia a Él con la vida, las acciones y la palabra” y cada uno respondió: “Amén”.

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