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El Domingo de la Palabra de Dios, la catequesis y el catequista

El domingo 21 de enero pasado la Iglesia celebro el Domingo de la Palabra de Dios, y en este contexto el Papa Francisco, instituyó a 11 laicos al ministerio de lector y de catequistas, provenientes de distintas partes del mundo: Brasil, Bolivia, Jamaica, Trinidad y Tobago, Alemania, Chad y Corea del Sur.

La centralidad de la Palabra de Dios

Al conferirles el nuevo ministerio, el Papa Francisco les entregó una Biblia y una cruz, al tiempo que recordó, en su homilía, que “no podemos prescindir de la Palabra de Dios, de su dulce firmeza que, como un diálogo, conmueve el corazón, se imprime en el alma y la renueva con la paz de Jesús que nos hace preocuparnos por los demás”.

A los del Ministerio del Lector, se les imparte la bendición y se les entrega una biblia.

-Recibe el libro de las Sagradas Escrituras y transmite fielmente la palabra de Dios para que germine y dé fruto en el corazón de las personas.
-Amén.

Lo mismo hace con los del Ministerio del Catequista pero, en vez de una biblia, les entrega un crucifijo.

Recibe este signo de nuestra fe, cátedra de la verdad y caridad de Cristo. Anúncialo con la vida, las obras y la palabra.

El Papa Francisco, recordó en su homilía:

Hermanos y hermanas, el Domingo de la Palabra de Dios nos ayuda a volver con alegría a las fuentes de la fe, que nace de la escucha de Jesús, Palabra de Dios vivo. Mientras se dicen y se leen constantemente palabras sobre la Iglesia, que Él nos ayude a redescubrir la Palabra de vida que resuena en la Iglesia. De lo contrario terminaremos por hablar más de nosotros que de Él; y muchas veces al centro quedarán nuestros pensamientos y nuestros problemas, en vez de Cristo con su Palabra. Volvamos a las fuentes para ofrecer al mundo el agua viva que no logra encontrar; y, mientras la sociedad y las redes sociales acentúan la violencia de las palabras, aferrémonos a la mansedumbre de la Palabra de Dios que salva, que es dulce, que no hace ruido, que entra en el corazón.

Invitados todos a preguntarnos: “¿Qué puesto reservo yo a la Palabra de Dios en el lugar donde vivo? (…) ¿dónde está la Biblia? En mi cuarto, ¿tengo el Evangelio al alcance de la mano? ¿Lo leo cada día para orientarme en el camino de la vida? ¿Tengo en el bolso un pequeño ejemplar del Evangelio para leerlo? Muchas veces he aconsejado de llevar siempre consigo el Evangelio, en el bolsillo, en el bolso, en el teléfono. Si amo a Cristo más que a nadie, ¿cómo puedo dejarlo en casa y no llevar conmigo su Palabra?”, interpeló el Obispo de Roma, y añadió una última pregunta: “¿he leído entero al menos uno de los cuatro Evangelios? El Evangelio es el libro de la vida, es sencillo y breve y, sin embargo, muchos creyentes nunca han leído uno desde principio hasta el final”.

“Hermanos y hermanas, el Domingo de la Palabra de Dios nos ayuda a volver con alegría a las fuentes de la fe, que nace de la escucha de Jesús, Palabra de Dios vivo”, concluyó el Papa Francisco.

Fuente; https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2024/documents/20240121-domenica-parola-didio.html

El curso 2023-2024 hace alusión a la misión de los catequistas en la Iglesia y en el mundo: realizan un servicio y un ministerio pastoral imprescindible para la evangelización, que asegura la transmisión de la fe…De modo que los catequistas están al servicio de la Palabra de Dios, para hacerla resonar de diversas maneras, como un eco del primer anuncio y del kerigma, en el interior de las personas que lo han recibido y acogido en la fe… (Agenda Diocesana del Catequista 2023.2024, página 8)

El domingo de la Palabra una oportunidad para dar el lugar que la Palabra de Dios debe ocupar en nuestro «Rincón de la Fe» en casa y celebrar con la comunidad este día o durante el mes de enero, ya que el Papa Francisco ha dedicado este año 2024 Año de la Oración, como preparación al Jubileo del año 2025.

«Redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración»

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