Cinco nuevas claves del Papa a los catequistas para el desarrollo de su ministerio
El pasado 17 de septiembre, a su vuelta del viaje a Budapest, el Santo Padre dirigía un discurso a los participantes de un encuentro organizado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización bajo el título de «Catequesis y catequistas para la Nueva Evangelización».
Es la primera vez que el papa, tras la creación del ministerio laical de catequista el pasado 11 de mayo de 2021, hace una intervención enteramente sobre la catequesis y dirigida a los catequistas. De hecho, en ella ofrece una hermosa y estimulante definición del ministerio del catequista.
Extraemos de su discurso cinco grandes claves que pueden ayudar a los catequistas en su ser y quehacer.
Los catequistas viven la pasión por transmitir la fe como evangelizadores
«Por eso he instituido el ministerio de catequista. […] Para que la comunidad cristiana sienta la necesidad de despertar esta vocación y de experimentar el servicio de algunos hombres y mujeres que, viviendo la celebración eucarística, sientan más vivamente la pasión por transmitir la fe como evangelizadores«.
Testigos que anuncian con su vida el «Evangelio de la misericordia» y crean lazos de acogida y cercanía
«El catequista y la catequista son testigos que se ponen al servicio de la comunidad cristiana, para sostener la profundización de la fe en lo concreto de la vida cotidiana. Son personas que anuncian incansablemente el Evangelio de la misericordia; personas capaces de crear los necesarios lazos de acogida y cercanía que permiten apreciar mejor la Palabra de Dios y celebrar el misterio eucarístico ofreciendo frutos de buenas obras.
Son libres y creativos porque se dejan interpelar por la realidad
«La tradición está viva o no lo está. Y la catequesis es tradición, es tradere pero tradición viva, de corazón a corazón, de mente a mente, de vida a vida. Por lo tanto: apasionados y creativos, con el impulso del Espíritu Santo. He utilizado la palabra ‘enlatadas’ para el lenguaje, pero me dan miedo los catequistas con el corazón, la actitud y la cara ‘enlatadas’. No. El catequista es libre o no es catequista. El catequista se deja interpelar por la realidad que encuentra y transmite el Evangelio con gran creatividad, o no es catequista».
La celebración eucarística, lugar privilegiado de la catequesis
«la catequesis puede ser eficaz en la obra de evangelización si mantiene su mirada fija en el misterio eucarístico. No podemos olvidar que el lugar privilegiado de la catequesis es precisamente la celebración eucarística, donde los hermanos y las hermanas se reúnen para descubrir cada vez más los diferentes modos en que Dios está presente en sus vidas»
El Kerigma es el núcleo de la catequesis y lo primero en anunciarse y transmitirse
«La catequesis —como subraya el nuevo Directorio— no es una comunicación abstracta de conocimientos teóricos que hay que memorizar como si fueran fórmulas matemáticas o químicas. Es más bien la experiencia mistagógica de quienes aprenden a encontrar a sus hermanos allí donde viven y trabajan, porque ellos mismos han encontrado a Cristo, que les ha llamado a ser discípulos misioneros. Debemos insistir en indicar el núcleo de la catequesis: ¡Jesucristo resucitado te ama y nunca te abandona! Este primer anuncio nunca puede encontrarnos cansados o repetitivos en las distintas etapas del camino catequético».