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Virtudes y actitudes que todo catequista necesita tener (II)

Hace unos días, comenzábamos este artículo sobre las  «Virtudes y actitudes que todo catequista necesita tener», y las resumíamos en 12 claves para responder con amor a la invitación de Dios. Habíamos hablado de la primera de ellas: «La vida de Piedad«, esa vida que nos hace sentir profundamente hijos de Dios.

Hoy vamos a hablar de la segunda: «Disciplina«.

La Disciplina es el esfuerzo constante de la voluntad por cumplir las normas que rigen los deberes del propio estado de vida, a pesar de las dificultades exteriores y de los estados de ánimo adversos.
Los medios para educarla son:
• Formación de la voluntad.
• Cuidar los detalles.
• Exigencia de los propios deberes sin necesidad de un vigilante.
• Automotivación.
• Puntualidad.
• Autocontrol de nosotros mismos.
• Cumplimiento de unos momentos fijos del horario todos los días.
• Ejercer la autoridad con justicia, sin miedo al rechazo.
• Establecer reglas claras y definidas sobre la base de verdaderos valores.
• Explicar el sentido de las reglas establecidas.

Los frutos de ser disciplinado son:
• Dominio de las pasiones.
• Señorío y control de nosotros mismos.
• Perseverancia en la vocación.
• Fuerza para lograr metas.
• Fuerza para superar las tentaciones.

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