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El Sacramento de la Confirmación: En conversación con el Delegado de Catequesis de Santiago, Miguel López Varela
En las proximidades de Pentecostés el Sacramento de la Confirmación es subrayado, y en este contexto el delegado de catequesis de Santiago, Miguel López Varela ha sido entrevistado. A continuación algunos puntos de su valiosa respuesta.
- Sobre el significado y la importancia del sacramento de la Confirmación, don Miguel comentó que ante la preocupación de las personas que desean ser padrinos, pero que no cumplen con el requisito crucial de estar confirmados, el enfatiza que «Este sacramento es de gran importancia. Es la recepción, no solo del sacramento en sí, sino también la plenitud del Espíritu Santo».
- Aunque el número de jóvenes que buscan la Confirmación ha disminuido, el Delegado ve un rayo de esperanza en el creciente número de adultos que buscan recibir este sacramento. Recordó a los oyentes que la plenitud del Espíritu Santo es necesaria para vivir como cristiano y destacó la necesidad de este sacramento, que marca el cierre del proceso de iniciación tras el Bautismo y la Eucaristía.
- También habló sobre el proceso de revisión en curso dentro de la Iglesia para adaptarse a las nuevas exigencias y mejorar los procesos en la catequesis. Enfatizó la importancia de permitir que los jóvenes, a pesar de sus variadas actividades, puedan participar en la catequesis y comprender su relevancia en su vida diaria.
- El delegado de catequesis también destacó la necesidad de tratar problemas contemporáneos que afectan a los jóvenes en la catequesis. Según él, la fe puede ofrecer respuestas significativas y adecuadas a los problemas que enfrentan los jóvenes, lo que presenta una gran oportunidad para la Iglesia.
Al final de esta entrevista, Miguel López Varela nos deja con un pensamiento profundo: el Sacramento de la Confirmación es más que un requisito eclesiástico, es un camino hacia la plenitud espiritual. La Confirmación no es simplemente un paso, sino un itinerario de fe, una invitación a sellar lo que se ha iniciado con el Espíritu Santo, para poder vivirlo de forma normal y ordinaria en nuestra vida diaria.