CONVERSIÓN DE SAN PABLO “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9, 1-9).
QUERIDOS CATEQUISTAS,
Hablar de la conversión de san Pablo es hablar de nuestra propia conversión
Leer detenidamente el texto
Hech 9,1-9
91Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote 2y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres. 3Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. 4Cayó a tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?». 5Dijo él: «¿Quién eres, Señor?». Respondió: «Soy Jesús, a quien tú persigues. 6Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tienes que hacer». 7Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. 8Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. 9Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
PARA LA CATEQUESIS
La conversión es un camino al que todos los cristianos estamos llamados a caminar, por esto en la catequesis los chicos aprenden la importancia de volver siempre al bien, al Padre que nos ama. Somos personas humanas con muchas debilidades, pero Dios siempre nos da oportunidad para cambiar de vida, para reconciliarnos y aquí está un buen momento a la luz de la conversión de san Pablo, preguntarnos:
¿Cómo hablo de la conversión con los chicos de la catequesis? ¿Qué relación tiene la conversión con el sacramento de la reconciliación?
No olvidar que los catequistas son los primeros en estar en modo conversión, comparte tu experiencia con los chicos.