Catequistas de esperanza: dar a los demás el regalo más grande que hemos recibido, Jesucristo
El 8 de marzo de 2025, bajo el lema «Catequistas da Esperanza» y en el contexto del Año Jubilar, celebramos la Asamblea Diocesana de Catequistas en Santiago de Compostela.
Un equipo de catequistas tenían todo preparado para una buena acogida en en el Colegio de la Compañía de María, donde comenzó la jornada. El Delegado de Catequesis, Miguel López Varela, dio la bienvenida a todos los catequistas y presentó el programa del día. Tras la bienvenida del delegado, el Arzobispo de Santiago, Don Francisco Prieto, se digió a los catequistas resaltando la misión de los catequistas en las parroquias, unidades pastorales y comunidades de fe de la diócesis, animando a vivir este año jubilar marcados por la «esperanza que no defrauda, que no declina, que permanece siempre, porque es Cristo mismo».

En el marco de la Asamblea Diocesana de Catequistas, uno de los momentos más esperados fue la intervención de Fano, profesor, esposo y padre de familia, hombre de fe y catequista que evangeliza a través de sus dibujos, conocidos y utilizados en catequesis de todo el mundo, especialmente en nuestra Diócesis.
Con su característico estilo cercano y visual, Fano insistió en una idea fundamental: el regalo más grande que hemos recibido es Jesucristo, y los catequistas estamos llamados a compartirlo con los demás. Esa es nuestra misión. La catequesis es un auténtico servicio de amor en el que entregamos a cada persona el tesoro más valioso: el encuentro con Cristo.
También reflexionó sobre la Iglesia como una gran familia donde, siendo distintos, estamos llamados a vivir en armonía y caminar juntos. Destacó que el Jubileo es un «año de gracia», un tiempo para detenerse y preguntarse: “Jesús, ¿quién maneja mi vida? ¿Para qué estoy en el mundo?”
En su ponencia, Fano hizo un ingenioso juego de palabras entre evangelio y eleven-gelio, subrayando la idea de elevar nuestra vida con la fuerza del mensaje de Cristo. Y recordó que los catequistas (y cada persona) somos instrumentos en manos de Dios, conectados con la gracia del Espíritu, llamados a perfumar el mundo con amor y armonía.
«Somos instrumentos en manos de Dios, conectados con la gracia del Espíritu, llamados a perfumar el mundo con amor y armonía»
FANO
Con su mensaje profundo y su estilo cercano, Fano mantuvo a los catequistas atentos y entregados a cada palabra. Fue un tiempo que supo a poco, disfrutado plenamente, con momentos de canto, respuestas a sus preguntas y risas ante sus intervenciones ingeniosas y cargadas de frescura.
El siguiente momento fue un tiempo de oración en el Monasterio de San Paio Antealtares. Recogimiento, oración y adoración, a través de la Lectio Divina, una forma de tener un encuentro con Dios a través de la Sagrada Escritura: leer, meditar, orar, contemplar e actuar. Este tiempo de oración fue presidido por el Arzobispo, sosteniendo el canto Lidia, que ayudó a mantener un clima de recogimiento y a entrar en oración y con una meditación de fano, en la que se sirvió de los misterios del rosario para, muy brevemente, hacer un recorrido por la vida de Jesús de la mano de María, su madre. Fue un momento muy valorado y agradecido por los catequistas.

Se acercaban las dos de la tarde, hora en que en el Comedor Monumental de San Martín Pinario participamos de una comida fraterna. A las 15.00h, catequistas interesados en la Peregrinación a Roma en Septiembre con motivo del Año Jubilar, se reunieron para informarse del itinerario y programa.
Quedan dos momentos importantes con los que finaliza y se culmina felizmente una jornada intensa y, al mismo tiempo, inspiradora y profunda:
- Con motivo de los 1700 años del Concilio de Nicea, a las 15.30h profesamos en la catedral, junto a nuestro Arzobispo, nuestra fe con el credo largo, el credo Niceno-Constantinopolitano. Y a continuación todos los catequistas, con el Arzobispo y Delegado de Catequesis a la cabeza, bajamos a la cripta para hacer una breve oración personal delante de la tumba del Apóstol Santiago.
- Toda la jornada culminó con la celebración de la Eucaristía, presidida por nuestro Arzobispo y concelebrada por varios sacerdotes en el Convento de los Carmelitas. En el marco de la Cuaresma y del primer domingo con el texto evangélico de las tentaciones e fondo, el arzobispo se dirigió en su homilía a los catequistas haciendo referencia a que en la «fragilidad y en nuestra limitaciones, el Señor cuenta con nosotros para ser sus testigos» invitándonos primero a estar con El, a esa experiencia y a ese encuentro transformador, vivificante en nuestra vidas, para que sea posible ese segundo momento en el que descubrir nuestra misión.
Antes de la despedida, el Delegado de Catequesis entregó diplomas de reconocimiento a quienes han dedicado 25 o 50 años al servicio como catequistas. Además, expresó su profundo agradecimiento por la acogida de los Carmelitas y su participación en el canto de la liturgia, y la asistencia, la participación y la generosidad de todos en el cumplimiento de esta tan importante e imprescindible misión en la iglesia. Antes de concluir, recordó que el domingo siguiente, 16 de marzo, tras la Jornada de la Asamblea, se celebrará el Día de la Catequesis en las parroquias.
Si quieres recordar cada momento o no has podido participar y si te interesa compartirlo puedes hacerlo a través de los siguientes en enlaces: