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¡Buenos días, Catequista!

Muy queridos catequistas, les saludamos de nuevo con la alegría de siempre, tratando de sembrar unas chispas de ánimo y espiritualidad en los catequistas. La frase para meditar esta semana es:

¡La alegría de servir!

Cuantas veces nos ha invitado el Papa a vivir en la alegría. Si nos damos cuenta los documentos del Papa Francisco tienen un sutil tinte de alegría, y el Evangelio en sí mismo es una buena noticia que no puede ser de otra manera, es fuente de una alegría plena, duradera y real, no es alegría de las apariencias, ni de máscaras, sino una alegría como fruto del servicio.
Como el mensajero que lleva buenas noticias, lleva el gozo del mensaje que porta, así mismo el catequista, como servidor del Reino es mensajero de alegría es portador de una alegre noticia.
La palabra catequesis procede de un vocablo griego que significa “hacer resonar”. Por lo tanto hacer resonar la Buena Noticia del evangelio es un servicio de alegría, es servir a la Palabra del amor de Dios.
Cuantas veces el catequista llega a su casa cansado de la jornada de trabajo, a preparar su material, cuantas veces se levanta temprano su día de descanso para ir a servir. Más en su corazón lleva el gozo del que sirve a Dios, del que sirve al Jefe que nunca falla, al Patrón que ha saldado todas nuestras deudas por adelantado.
No te canses catequista, de servir a tus hermanos, no te canses de llevar buenas noticias de amor y alegría a los pequeños grandes del Reino, no te canses catequista de servir a la única Palabra que dura para siempre, antes bien: alégrate catequista porque los primeros del reino son los que sirven. Alégrate porque es mejor terminar un día con la paz gozosa de quien entrega la vida, que terminar el día con el tedio de haber matado el tiempo de aburrimiento. Por eso como dijera un día el Papa Francisco a los Sacerdotes jóvenes: “Mejor terminar el día cansados, que aburridos”.
Como dice la escritura: “… y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será el siervo de todos. Porque ni aún el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir… Mc 10, 44-45”
Adelante catequistas a servir con alegría, hasta la próxima.

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